jueves, 22 de octubre de 2009

Los afortunados en el trabajo

Que la vida se nos complique por errores o descuidos propios es el pan de cada día, incluso algunos ya estamos acostumbrados a eso y simplemente nos reímos de nuestra torpeza o mala suerte. Pero cuando un buen día se viene abajo cortesía de un tercero eso si que saca de quicio, sin embargo he aprendido que por muy grande que sea la burrada del tercero debemos ayudar a que el problema se solucione ya que algún día nosotros podríamos ser el tercero; así que tratemos de ser parte de la solución y no un agravante del problema.

Sin embargo si descubrimos que los problemas no surgen por error del trabajador sino por pura mala suerte ¿qué hacemos si tenemos un salado en nuestro trabajo? En la mayoría de grupos trabajo el salado ya está identificado, algunos lo evitan para que no se les pase su suerte y otros entre risas lo ayudan.

El salado se convierte en todo un personaje de la oficina; hay infinidad de historias que cuentan durante el break, desde las graciosas hasta las que cuesta creer que son verdad. A pensar de su mala suerte persiste en el trabajo, tal vez no con mucho entusiasmo, pero sigue ahí ya sea porque quiere hacer las cosas bien pese a las complicaciones o porque ya se resignó a su suerte y trabaja como puede.

No sé si la solución para estas personas esté en algún amuleto o ritual de buena suerte, las cosas pasan y muchas veces no sabemos porque. Así que si eres el salado o alguna vez te toca serlo, paciencia y animo; mira el lado positivo te convertirás en un personaje dentro de tu empresa sin mucho esfuerzo.